

Las celebraciones son oportunidades muy interesantes para proponer actividades que fomenten aprendizajes significativos, así que desde el centro no podemos dejar pasar la ocasión de celebrar un día tan bonito como el día de los enamorados.
¿Quién mejor que los niños/as para demostrar la ternura y el afecto dulce y sincero de la amistad y el amor? Cada beso, cada abrazo, cada gesto o mirada que parten de la inocencia de un niño/a tienen el poder de conmover el corazón de cualquier persona. Sin duda, los más pequeños son los mayores transmisores de amor, por tanto, este día es fundamental en nuestro calendario escolar.


Ahora bien, el reto implica saber como transmitir el concepto y llegar a lo más hondo para que de ese momento de diversión nazca un nuevo aprendizaje. Aquí es donde empezamos a desmenuzar ideas dentro de una puesta en común: amor es amistad, felicidad, compartir, sentir, ilusionarse con un gesto o simplemente con una mirada. Podemos estar enamorados de muchas personas o cosas a la vez y esta característica es muy común en los niños/as que aman a mama, a papa, a los abuelitos, a su peluche favorito o a una mantita que guardan desde que eran bebes.
Si nos sentimos enamorados queremos que esa felicidad se comparta con nuestros seres queridos y de que mejor forma que regalando amor… y aquí es donde surge la magia: regalar mucho amor, así que, ¡todos/as manos a la obra!.
Para compartir este sentimiento hemos preparado una actividad muy dulce y cariñosa, un taller de cocina donde todos los peques han amasado sus galletas con forma de corazones de diferentes tamaños que luego se han podido llevar a casa para regalar amor a caudales. ¿Os ha llegado nuestro amor?. Nosotros sin duda seguimos enamorados de nuestro trabajo.
Nos despedimos con la frase de un niño que amaba todo lo que hacía y nos demostró que:
Antoine de Saint-Exupéry, (1943) “El Principito”.
“SOLO CON EL CORAZÓN SE PUEDE VER BIEN; LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS”.

